martes, 23 de junio de 2015

El ciervo

El ciervo. Acrílico 1,15 X 32cm



¿Adónde te escondiste
 Amado, y me  dejaste con gemido?
como el ciervo huiste,
habiéndome herido,
salí tras tí clamando, y eras ido.

                                       1ª estrofa del Cántico espiritual
                                    San Juan de la Cruz




A veces el alma pide silencio. Junio se aleja dejando una sensación de paz y sosiego.
Desde muy joven me fascinaba la vida de los místicos, tanto cristianos como sufíes, su búsqueda interior, su camino de servicio y contemplación, su renuncia a las posesiones materiales, compensada por su riqueza espiritual; la coherencia entre sus pensamientos, sus palabras y sus acciones; y sobre todo su sentimiento de unidad con todo lo creado.
Desde hace varios años, Junio es para mí el mes del silencio y del recogimiento. Varios días de retiro en el monasterio de Arantzazu o más recientemente en el monasterio de los Carmelitas Descalzos de Segovia, donde descansan parte de los restos de San Juan de la Cruz, me conectan conmigo misma, y aunque en silencio, también con mis compañeros de camino y con mis queridas hermanas beguinas. Qué maravilloso regalo despojarse por unos días de todas las rutinas, de todas las exigencias sociales y de todo contacto con el exterior. Qué maravilloso regalo sumergirse en ese mundo de armonía y silencio, recorriendo los mismos senderos que recorriera el poeta del Amor por excelencia. Para él Amor era despojarse de todo lo que no es Dios. Esta forma de proceder le eleva por encima de los acontecimientos por muy duros que estos fueran, ni siquiera en los duros meses de encarcelamiento en Toledo pierde por un momento la paz de su corazón; y es allí, casi en la penumbra donde escribió buena parte del Cántico espiritual, con el que comenzaba esta entrada.





Mi vuelta, de este viaje interior me hace apreciar con otros ojos toda la belleza que me rodea. Esta presencia silenciosa es el mejor regalo que puedo hacerme a mí misma. En estas circunstancias me siento verdaderamente afortunada y me complace poderlo compartir porque sé que sólo parando la mente tenemos acceso al misterio que somos.


Dejando de lado mi silencio, en otro sentido... quiero aprovechar para daros las gracias a todos los que me habéis puesto algún comentario en este blog, desde que comencé a escribirlo.

3 comentarios:

  1. Precioso, Olga, precioso... En el silencio, desnuda de todo lo adquirido, en el silencio... estoy contigo.

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  2. Buenas noches, Olga:

    Estoy recorriendo pausadamente tu blog. Dejo aquí este silente y cómplice comentario para agradecerte tus reflexiones, tu arte (he compartido esa entrada con tus cerámicas en el grupo Agápitous de Facebook) y espero coincidir en breve presencialmente contigo, porque intelectual, emocional y espiritualmente constato muchas coincidencias. Te felicito por tu blog. Hasta pronto,
    Celia (Themcelvez)

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  3. Inesperados retiros, sorpresivos encuentros y convergencias inolvidables que dan sentido a la vida, reconfortan el alma y aclaran la mirada interior en pos de objetivos como el respeto a la Naturaleza y el bien común. No nos conformamos con menos.
    Un abrazo beguino.
    Celia

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